sábado, 28 de noviembre de 2015

Justamente hoy...


… se cumplen tres meses de mi nuevo diagnóstico. Tres meses que espero no tener que repetir jamás.

Ya llevaba unas semanas sintiéndome mal. Tenía como pequeñas disneas y dolor por debajo de la costilla derecha. Primero parecía ser bronquiolitis, después neumonía… Ingreso en el hospital, antibióticos, pero no mejoraba…

Me hicieron una prueba que se llama broncoscopia porque la oncóloga sospechaba que no era una cosa menor… En quirófano metieron por mi boca un tubo. Yo estaba adormilada pero como no llevaba anestesia general fuí consciente de todo. Creo que luché un poco porque era muy desagradable. Por suerte una mano de mujer agarro la mía y me sentí acompañada… Después no recuerdo nada hasta que me llevaron al hospital de día oncológico y tuve un crisis en la que no podía respirar. Fue una mañana para olvidar…

El 28 de agosto la neumóloga me confirmó que lo que tenía era metástasis en los dos pulmones. Mi cáncer primario había invadido los vasos linfáticos de este órgano.

¿Cómo era posible? Se suponía que tras la radioterapia que acabé en junio estaba limpia.

La neumóloga me hablaba de máquinas para respirar, tratando de explicarme cuál era la mejor opción,  pero tanto mi marido como yo no nos centrábamos. ¿Cómo una persona puede estar pendiente de esos detalles cuando la mente está ocupada tratando de asimilar que el cáncer ha vuelto o mejor dicho nunca ha abandonado tu cuerpo y ahora se muestra de la forma más feroz?

Le dije que necesitaba ver al oncólogo que ya había vuelto de vacaciones. Necesitaba saber de qué forma íbamos a luchar. Hizo una llamada, nos despedimos de ella, recorrí con mucho esfuerzo los pasillos que separan una zona de otra y nos sentamos ante él.

En esta consulta y en la siguiente nos comentó que la metástasis era incurable y que lo que me ofrecía era una quimioterapia paliativa. Una quimio que lo más probable es que no pudiera soportar por mis defensas. Una quimio que sólo me ayudaría en un 20-30% a paliar los síntomas y que destrozaría mi sistema inmunitario, llevando con casi total seguridad al hospital.

Le pregunté mi tiempo de vida si decidía no ponerme la quimio y me lo dijo, sin tapujos, ya que la pregunta fue muy directa: “Si no te la ponemos, te quedan tres meses”.

Cuando uno ve una película en el que el/la protagonista se enfrentan a esto, en el que en una fría consulta le dan un diagnóstico tan brutal, nunca puedes imaginarte que esto lo vivirás tú y menos con 38 años. Yo he pasado dos veces por esto. Una con el diagnóstico del cáncer de mamá y otra con la metástasis de pulmón. Parece una pesadilla, pero es real. No puedes escaparte…

Le pregunté por los resultados del PET TAC que acababa de hacerme, por la posibilidad de que no fueran sólo los pulmones lo que tuvieran metástasis y me dijo que era tan importante lo que se había descubierto con la broncoscopia que no importaba lo demás…

Salimos de la consulta prometiéndole que volveríamos para comunicarle nuestra decisión de si seguir o no con la quimio.


Y desde ese día… No hemos vuelto jamás.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Sobre mi...


Mi nombre es Pilar y acabo de cumplir 40 años. Tengo (y me tiene) un marido estupendo que conozco desde que era una adolescente y un niño de 6 años que me tiene loca de amor. Los dos son el motor de mi vida. Los dos son los que hacen que no me pueda sentir más afortunada…

Un día el cáncer llegó a mi vida... Un cáncer de mamá bastante agresivo que nunca dudé que superaría. Me tuvo casi un año luchando y cuando creía que estaba fuera de nuestras vidas, volvió en su forma más terrorífica, con metástasis en varios órganos del cuerpo.

Según los médicos tengo una enfermedad incurable y posiblemente una caducidad que no estoy dispuesta a aceptar. No voy a dejar que me digan que esta es la última fase, que sólo se puede alargar…

Voy a seguir luchando para salir de este hoyo en el que esta enfermedad quiere sumirme, aprendiendo de esta experiencia tan extrema, porque todo tiene algo positivo, algo que guardar en la “mochila de la vida”…

Me encantaría poder compartir contigo cada uno de los pasos que voy dando por este camino. Si decides acompañarme me sentirá muy agradecida…